Si en los taxis con afán
te veo con Peseto Loco,
en Sanidad te coloco
detrás de un Spirimán,
y recibes, cual Tarzán,
la llamada de la selva
cada vez que tú observas
que una multitud embiste,
me reafirmo en tu despiste
cuando la lid se exacerba,
pues privas con tu pasión
tu necesaria función.
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