Si el votante de Susana
baja en un treinta por ciento,
y un treinta y cinco por ciento
baja el de la gaditana
Teresa, me vienen ganas,
siendo sincero y cabal,
de decir "Susana, mal,
lo de Teresa, peor"
y de las dos, el horror,
cuando no miedo cerval,
cuando ya todo dependa
de la caverna estupenda.
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