No te culpo por putero,
ni por amante rumboso
que en su carnal alborozo
dilapida los dineros
con rubias del extranjero
y regatonas de oficio,
te juzgo por los indicios
de que te has llevado muerto
el plus del tren del desierto
sin pasar por el bullicio
de las caudinas de Hacienda
por ser tú Menda Lerenda.
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