Se sabía que era complejo
salir del atolladero
que te metió el compañero
que por falta de reflejos
despreció lo que el bermejo
hace un tiempo le ofreció
y, por necio, dimitió,
pero ocurre que hoy día
no os aclaráis, dueña mía,
no estáis contra, ni estáis pro,
y, presa en tal laberinto,
futuro negro te pinto.
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