Ay, qué penita me dan
los lamentos jeremíacos
por los paseos policíacos
del torvo y terrible Iván,
cuando en los medios se dan
las premisas del esclavo,
porque los plumillas bravos
prescinden de sus neuronas
y, por sugestión patrona,
entre las patas el rabo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario