miércoles, diciembre 02, 2020

El erial adosado

 


Si yo tuviera un erial
de guijarros y matojos
adquirido con buen ojo
junto al impropio Hospital
denominado Zendal
estaría muy contento,
pues, cuando se lleve el viento
la pandemia y los fotógrafos,
me pedirán un autógrafo
los próceres del cemento.

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